GIOVANNI SARTORI
Giovanni Sartori. Filósofo italiano, prestigioso pensador especializado en el análisis de la política comparada. Profesor emérito en la Universidad de Columbia de Nueva York y en la Universidad de Florencia, ha enseñado también en las universidades de Harvard, Yale y Stanford, y ha sido investido con nueve doctorados honoris causa. En 2005 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Miembro de la Academia Nazionale dei Lincei, y articulista del Corriere della Sera, autor de numerosos libros, traducidos en más de treinta países y uno de los fundadores de la primera Universidad de Ciencias Políticas en Italia.
El libro de Giovanni
Sartori, que se mueve entre la sociología y la filosofía política. Su defensa
de la sociedad abierta, su exaltación del pluralismo, nos presentan a un típico
partidario del liberalismo occidental. Justamente en nombre de éste se opone a
llevar el pluralismo demasiado lejos, hasta el grado por el que parecen abogar
los multiculturalistas.
Afirma Sartori que «el pluralismo está obligado a
respetar una multiplicidad cultural con la que se encuentra. Pero no está
obligado a fabricarla. Y en la medida en que el multiculturalismo actual
separa, es agresivo e intolerante, en esa misma medida el multiculturalismo en
cuestión es la negación misma del pluralismo.» En virtud de ello, Sartori
concluirá que hay que poner serios límites a la inmigración (sobre todo la de
culturas muy distintas de la occidental), habida cuenta de que hoy aquélla
promueve el multiculturalismo.
No le falta razón a
Sartori en muchos de sus asertos. Es muy fácil ir de progre y decir que toda
cultura es igual de buena, motivo por el cual se han de respetar por igual las
costumbres de los inmigrantes cualesquiera que sean sus orígenes. Pero luego no
resulta igual de fácil transigir con usos tales como la poligamia o la ablación
del clítoris.
El problema es entonces: Hasta
qué punto se ha de respetar, o cuando menos tolerar, la cultura del inmigrante con todas sus consecuencias?
Asunto aún más enjundioso si se tienen en cuenta dos consideraciones: 1ª) La
defensa occidental, al menos sobre el papel, de la igualdad de derechos humanos
sin distinción de sexo, condición económica, religiosa, etcétera. 2ª) El valor,
también típico en la civilización occidental, conferido a la conciencia
individual (asunto éste al que Sartori no presta atención). No siempre, como se
constata en los ejemplos citados en el párrafo previo, resulta sencillo
conciliar estas dos necesidades.
El autor establece un
límite básico a la indiscriminada extensión del pluralismo, o su
"degeneración" en multiculturalismo: el reconocimiento recíproco. El
país receptor reconoce los derechos del inmigrante, pero éste debe a su vez
–con mayor razón, dado que entra en un marco jurídico y territorial que no es
el suyo– reconocer los derechos del país de acogida a mantener la prevalencia
de su consenso básico en materia de moral y costumbres. Con este criterio,
Sartori se opone rotundamente al establecimiento de una ciudadanía diferenciada dentro de una misma comunidad
(concepto al que recurre por ser consciente del declinar del estado-nación).
Sartori insiste en que el
multiculturalismo emergente involucra una amenaza contra la democracia liberal,
y contra el propio pluralismo. Y condena su auge por considerarlo también un
factor de destrucción de la propia sociedad como tal.
Este tema es mas complejo de lo que las teorías y opiniones puedan
aportar. Para permitir la integración de las culturas, y tolerar la masiva inmigración,
que esta ocurriendo hoy en dia, debemos comprender la política que rige en
Europa o en concreto España.
Mas alla de que nuestra religión, cultura y costumbres, sean
antagónicas a religiones y costumbres como la que presentan los musulmanes, y
que puedan crean pensamientos xenófobos, las leyes que rigen nuestro país, no
toleran comportamientos y costumbres diferentes a los nuestros. Por ejemplo la ablación
del clítoris o bien la poligamia o penitencias como la lapidación.
Por
no hablar de los intereses de nuestros políticos, que para conseguir mas votos,
establecen que habrán mas derechos para los inmigrantes, mas ayudas, mas
papeles. Con ello conseguimos un overbooking en las fronteras. ¿Esto que crea
en la sociedad española? Miles de inmigrantes que no cotizan, que trabajan sin
contrato, que no pagan la seguridad social, que reciben ayudas y becas, etc.
lo
que vemos los españoles tanto en los medios de comunicación como en nuestro
entorno, es que a veces se les ofrece mas ayudas a ellos, que a los mismos
españoles, o que peleas, asesinatos y robos son la mayoría de gente de fuera. Esto
poco a poco va creando un sentimiento xenófobo. Pero si los políticos deciden
hacer limpieza en España y cerrar las fronteras, ¿Qué pensaría el resto del
mundo de nosotros, si nuestra historia ha vivido una dictadura con pensamientos racistas? Nos tacharían de xenófobos.
Sin embargo
no nos damos cuenta de que nuestra cultura e ideología va cambiando. Quien iba
a decir que Obama seria presidente de EEUU, o que la mayoría de restaurantes
son chinos, o kebap`s, o mejicanos. Poco a poco nuestra cultura va aumentando a
nuevos horizontes, que antes no creíamos que fuera posible.
Pero nosotros somos los que
creamos nuestro futuro a partir de hoy, y los que tendremos consecuencias
buenas o malas, el día de mañana.
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