El mundo
avanza sin darnos cuenta, y con ello la educación no puede quedarse atrás. En
este video, podemos observar como se introducen las TICs en el aula. Como
recurso motivador. Hoy en dia los niños saben manejar ordenadores y nuevas
tecnologías, porque es lo que la sociedad establece. Los alumnos por ello deben
ir adaptándose a estos cambios.
Pero no solo
los alumnos deben adaptarse a estos cambios, desde que comenzó el movimiento
europeo de reforma educativa en Bolonia se han acentuado los estudios sobre las competencias.
Ya no basta
con un programa de contenidos, es
preciso concretar explícitamente qué competencias debe adquirir el participante
en un curso, en una titulación.
Si queremos concretar el perfil del docente
del siglo XXI y las TIC necesitamos
analizar cuidadosamente cuáles son las competencias respecto de las TIC que debe poseer un educador en la actualidad.
Si hacemos
referencia a las nuevas competencias digitales podemos ver que solo es una
manera nueva de comunicarse con las tecnologías de la actualidad, es decir, son
las mismas competencias que tenían antes pero lo único que cambia es
el soporte con el que se comunican. Por ejemplo, que un profesor sea capaz de
sacar información de la red es lo mismo que el profesor que es capaz de sacar
información de un libro. Por tanto, el profesor ha de poseer competencias
digitales, pero entendidas como competencias para poder comunicarse con las
nuevas tecnologías.
Más de la
mitad de los profesores consultados (53,2%) declara tener conocimientos en
TIC a nivel
de usuario.
EL DOCENTE Y LAS TIC: PRESENTE Y FUTURO.
INFORME EDUCARED 2007 CUESTIONARIO
EDUCARED LAS TIC EN EL AULA
El porcentaje
de profesores que declaran tener un conocimiento en TIC avanzado es bastante significativo (28,3%). Sólo el 12,7%
considera que tiene un nivel bajo de conocimientos
y el 5,8% del profesorado se considera experto.
Así pues, la
perspectiva que nos ofrecen los profesores sobre la propia preparación es bastante satisfactoria, pues el 87,3% quedaría incluido en el nivel
medio-alto (usuario, avanzado y
experto).
Si tenemos en
cuenta la velocidad a la que evoluciona la tecnología, observaremos que es casi
imposible evaluar y reflexionar sobre una cuestión muy importante: "¿por
qué este medio aquí y ahora?". Si le dedicamos el tiempo necesario para
contestar, al terminar veremos cómo ya lo evaluado está atrasado e iremos
siempre a remolque con tecnologías nuevas por delante. Como podemos
comprobar se está produciendo lo que denominamos aceleración del proceso
histórico, es decir, cada día las cosas evolucionan más rápido. Podemos
verificarlo, por ejemplo, si nos fijamos en la velocidad con la que ha
evolucionado el móvil desde el primer modelo que vimos (que apenas valía para
llamar) al que tenemos hoy día (que parece un ordenador).
Debido a esta
velocidad, incorporamos tecnologías en nuestra vida que no han sido
investigadas y, por lo tanto, no sabemos si son buenas o malas. En la
educación, al igual, estamos incorporando tecnologías que cambian la manera de
pensar y actuar de las personas que en el futuro, no muy lejano, van a ser las
responsables de este país. A causa de ello hemos de ir haciendo una
investigación en paralelo ya no solo para evaluar si será mejor o peor sino
para ver qué puedo hacer y en qué me puede ayudar cierta tecnología en mi
trabajo. Por ejemplo, si trabajamos en un centro TIC no vamos a mirar el
ordenador como si estuviera de muestra, en cambio, deberemos de investigar las
ventajas y la manera de llevar a cabo la enseñanza en el aula con un medio
nuevo, que por tanto, será motivador.
las características que ha de reunir el profesor de
las nuevas aulas:
- Entrenado y capacitado para
trabajar en un ámbito multicultural. Suena fácil y bonito pero si miramos
a nuestro alrededor podremos ver que muchas veces el docente pide que se
haga algo que él/ella no hace. Es decir, el que sabe lo hace y el que no
pues lo explica para que los demás lo hagan. Muchos profesores hoy en día
piden a los alumnos de sus aulas que trabajen en un ámbito multicultural
pero él nunca lo ha hecho y, como consecuencia, no tiene experiencia.
- Tendrá que ser capaz de ver si el
material que ha creado está en concordancia con la cultura de sus alumnos.
- Estar en condiciones de evaluar
si los materiales, es decir, estar actualizado.
- Estar abierto a nuevas propuestas
siendo capaz de valorarlas y aceptarlas, teniendo en cuenta que si no
tenemos referente será difícil llevar esto a cabo.
- Ha de disponer del tiempo necesario
para poder supervisar lo que hace cada uno de sus alumnos. Con esto de las
nuevas tecnologías se dice que los profesores trabajan menos pero si
pensamos un poco veremos que es al contrario y que se requiere mayor
dedicación por parte de los docentes. Por ejemplo, crear un material y
subirlo a la red requiere de tiempo y trabajo por parte de varias
personas.
- Capaz de colaborar con otros
compañeros de modo que pueda transmitírselo a sus alumnos. Si
trabajamos en red, las técnicas de trabajo serán básicamente colaborativas,
y si el docente no es cooperativo, difícilmente conseguirá que
sus alumnos lo sean.
- Tanto alumno como profesor han de
investigar permanentemente lo que hacen.
Todas las sociedades, en todas las épocas, han elaborado imágenes y
valores sobre la persona del maestro y su labor pedagógica. Estas
representaciones expresan la finalidad social asociada a la educación y son
legitimadas a través de las doctrinas pedagógicas hegemónicas en cada momento
histórico.
La sociedad del futuro exigirá al docente enfrentarse con situaciones
difíciles y complejas: concentración de poblaciones de alto riesgo,
diversificación cultural del público escolar, grupos extremadamente
heterogéneos, multiplicación de diferentes lugares de conocimiento y de saber,
acceso a puestos en forma provisoria, rápidas y permanente evolución cultural y
social especialmente en los jóvenes en quienes existe la sensación que no hay
futuro y una suerte de pérdida del sentido del saber o el aprender.
Sabemos que la presión creada por la aceleración de los procesos sociales
en la vida contemporánea lleva a un torbellino de innovaciones, pero hay que evitar
que las concreciones carezcan de sentido e impregnen a la actividad docente de
un carácter provisorio indeseable por la precariedad de conceptos, métodos,
actividades y recursos.
Para comprender el sentido y las dificultades estructurales de la
propuesta de la profesionalización de los docentes hay que determinar cuáles
son las exigencias que esta transformación exige, ya que una profesión es una
combinación estructural de conocimientos acreditados mediante títulos,
autonomía en el desempeño, prestigio académico y reconocimiento social.
Los cuadros medios y superiores de la docencia expresan dificultades para
reflexionar sobre lo que están haciendo, para proyectarse en el futuro, para
anticiparse a determinadas situaciones y para capitalizar su experiencia. Los
docentes viven la transformación asociada a la idea de pérdida y a sentimientos
de inseguridad e incertidumbre acerca del futuro.
Por otra parte, el mundo informativo y telemático que rodea a la escuela
y a sus docentes obliga a crear “un puente de significados sobre la vía de
información“ como señala Namo de Mello (1998) para que los alumnos no sean
atropellados por la cantidad y variedad de informaciones que por ella circulan.
Esto es, que la escuela deberá formar a los alumnos para seleccionar datos,
organizar el conocimiento y apoderarse de él para poder utilizarlo éticamente
en su vida cotidiana tanto personal como social. Y la institución educativa
deberá concebir su tarea incorporando la actividad transdiciplinaria para
responder a las exigencias del conocimiento científico contemporáneo.
Ahora bien, será la tecnología de la información el elemento capaz de
lograr que la educación sea algo más que una simple transmisión de
conocimientos? Namo de Mello sostiene que ante esta posibilidad habrá que
enfrentar dos tipos de desafíos:
- practicar
formas de gestión que fortalezcan el ejercicio de la iniciativa creadora
de la escuela, incluyendo la gestión de la información y
- resignificar
los instrumentos del trabajo pedagógico: currículo, contenidos de
enseñanza, métodos y perfiles de los profesores.
Desde esta perspectiva hay que diferenciar entre la adquisición de
conocimientos y la construcción de sentidos y el papel que juega el educador en
ambos situaciones. En el primer caso puede ser una actividad individual pero la
construcción de sentidos implica necesariamente negociación con otros:
familiares, compañeros de trabajo, profesores o interlocutores anónimos de los
textos y de los medios de comunicación; negociación construida en base a los
valores éticos de la democracia, del reconocimiento del otro y del respeto a
los hechos y para ello se requiere la presencia de un educador.
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